“Sí, lo sé. No somos sino vanas formas de la materia, pero bien sublimes.
– Stéphane Mallarmé
Unámonos al círculo de percusión y palpemos la materia, ¡porque tenemos pupilas para hacerlo!
Publicamos éste -tan esperado- número 7 tras una larga y dura hibernación. Era necesario el golpe de calor de un verano adelantado para que se nos descongelaran los órganos internos y comenzaran a fluir las sustancias primordiales, las que conectan a la partícula con el objeto que la integra y con el ojo que la mira. La Materia se ha vuelto tangible, desciende del etéreo mundo de la idea para colocarse entre las cosas y los seres físicos y reales. La Materia, sin duda, se vuelve matérica.
Hemos elegido esta ocasión para hacer una reflexión sobre la ambigua frontera entre la materia biológica y la tecnológica, sobre el concepto de Inteligencia Artificial, el Transhumanismo, ¿pueden las máquinas imaginar?
En éste, como en cada número de Tusitala, nos cuestionamos sobre esos brillantes lazos que unen a la ciencia con el arte, abordamos un concepto de la Física desde diversas ópticas artísticas para volver a lo esencial, para redefinir nuestra primera realidad; porque a veces, cuando nos encontramos un poco perdidos, lo mejor es regresar a lo más básico, a lo primario, a lo sustancial. Allí es donde reside toda la belleza, la belleza de la vida.
fabiola eme